sábado, 16 de noviembre de 2013

Examen Comprensión lectora 2012


A continuación, encontrará usted un texto y cinco preguntas sobre él. Marque la opción correcta en la Hoja de respuestas.

El modo de ser de un niño esta indudablemente influido por el ambiente que le rodea, las experiencias que tiene y la forma en que se le trata, pero no podemos ignorar que hay una parte de la personalidad que traemos con nosotros al nacer y que se manifiesta con relativa (no total) independencia del trato y educación que se reciba. Es lo que se llama “temperamento”. Cada niño “es como es”, lo que no quiere decir que no influyan la educación, las circunstancias y el ambiente. De hecho, el temperamento puede modificarse a lo largo de la vida, pero hay diferencias de partida entre niños, sobre todo en la primera infancia, que vienen con la genética. De esto podemos sacar dos consecuencias: una, que las comparaciones no solo son odiosas sino inoportunas, y dos, que los padres de un niño más difícil, rebelde u oposicionista no tienen necesariamente que culparse pensando que se debe a que ellos lo están haciendo mal. Al darse cuenta de que un niño se comporta, por ejemplo, de un modo que les resulta “perezoso” por un temperamento innato, se sentirán menos culpables o impacientes y podrán ayudarle a utilizar su temperamento de forma útil. Pueden aceptar su temperamento básico en lugar de tratar de ajustarlo a un molde preconcebido, ayudándole a sacar el máximo provecho de ese temperamento con el que nació. Por el contrario, cuando se trata a un niño de un modo que sistemáticamente ignora y contraria su temperamento, pueden producirse desajustes, inadaptaciones y problemas de comportamiento. Cualquier tipo de temperamento puede evolucionar hacia un adulto equilibrado si encuentra un ambiente adecuado. Si un niño “difícil” encuentra unos padres que combinan comprensión y firmeza evolucionara bien, lo que en cambio puede no ocurrir si son demasiado rígidos o negligentes. Un niño “cauteloso” o “lento para animarse” que se encuentra con unos padres críticos y exigentes puede encerrarse en si mismo y ser infeliz, lo que no ocurrirá si son  benévolos y cuidadosos. Hay riesgo cuando no coinciden el tipo temperamental de los padres y el niño. Conviene conocer que hay modos de ser innatos para poder ser comprensivos y flexibles.

(¿Qué es el temperamento?, Luciando Montero)

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